Se suele comparar la estupidez con un amor adolescente. No estoy del todo de acuerdo, pero sí admito que cuando uno está enamorado está embobado. Creo que la trilogía cinematográfica de Richard Linklater, compuesta por Before Sunrise, Before Sunset y Before Midnight, lo demuestra de una forma brillante. Los propios protagonistas se definen como jóvenes y estúpidos y saben que la historia no pudo haber sido de otra manera.
Lo más lindo es que un hecho real inspiró al director a crear esta obra maestra. Suspiros. Hace alrededor de veinticinco años, él conoció a Amy Lehrhaupt en un encuentro de una noche y nada más. Más suspiros. El final no es el mismo, y ella nunca llegó a ver el film. Una verdadera historia de amor, pero sin el final de ensueño.
¿Una palabra que describa esta trilogía? TIEMPO. Sí, el tiempo es lo más importante en esta historia de amor. Todos sabemos que cuando pasamos un buen rato, el tiempo pasa volando. Los que viven enamorados conocen perfectamente ese sentimiento de reloj frenado cuando no están con esa persona. Bueno, este relato alude al tiempo en todo momento, a corto y a largo plazo. La cuenta regresiva no sólo es parte de los títulos, sino que se hace presente en el desarrollo de cada una de las películas.
Céline (Julie Delpy) y Jesse (Ethan Hawke) se conocen a los veintipico en un tren que va a Viena y lo que los une es la conversación. El resto, que te lo cuenten ellos mismos en sus tres películas. Momentos de reflexión, en los que los diálogos se vuelven eternos (pero no aburridos) se apoderan de la pantalla, con violines como música de fondo.
Una historia que comenzó hace dieciocho años, con un lapso de nueve años entre película y película, que le dio un espacio exitoso al cine de autor. ¿Hay posibilidades de una cuarta? Es posible, pero por ahora nos quedamos con esta trilogía que nos lleva del llanto a la risa en un segundo.
Un film a puro diálogos y corazones que, definitivamente, está entre mis preferidos. Apto para románticos y despiertos. Ideal para los amantes del tiempo y de los encuentros fortuitos. Y, por qué no, para los fanáticos de las películas que tienen una historia detrás de su realización.
K.
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