La historia previa es simple: se conocieron, mantuvieron contacto por carta (eran penfriends) y, por diferentes motivos, decidieron escaparse juntos. Así comienza esta historia.
¿Por qué digo que este film es raro? Por su estética, sus diálogos y su historia en general. El gran poder de imaginación de este director refleja una estética naif y retro. La búsqueda de la felicidad es constante durante los 95 minutos de la película.
Y ni hablar del amor. Ese sentimiento lleva a los dos protagonistas a sumergirse en esta aventura que incluye un tocadiscos a pila, libros fantásticos, tijeras zurdas, unos binoculares y un gato metido en una canasta.
Una mezcla entre el mundo adulto y el infantil. Discusiones, una pipa, la muerte accidental de un perro y un casamiento repentino. Ni hablar de la ayuda de los amigos. Y no olvidemos al extraño hombre de rojo que es una especie de narrador.Una película que vale la pena, para darnos cuenta de esa inocencia que perdemos cuando crecemos. Que el amor joven es el mejor de todos.
K.
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