Toda chica Disney pierde su inocencia tarde o temprano, pero hay que admitir que todavía es un poco fuerte ver a Selena Gomez en el ambiente de las drogas. Junto a Vanessa Hudgens, Ashley Benson, Rachel Korine (esposa del director) y James Franco integra el elenco protagónico de Spring Breakers, el depravado film de Harmony Korine que combina sexo, drogas y la inocencia indiscutida de las actrices.
Es la historia de las niñas buenas que buscan una experiencia adulta que dure de por vida, comenzando por el clásico viaje de spring break en el que estudiantes viven alocadamente unas semanas de sustancias, playa y música. Todo toma un tono más negro cuando las protagonistas conocen a Alien (James Franco), un narcotraficante que decide alojarlas. Así, sus vacaciones adquieren una emoción que las termina llevando un poco más lejos.
Sin seguir un orden cronológico, las escenas se entremezclan con imágenes en slow motion y Skrillex de soundtrack. El exceso de planos detalle y secuencias de cámara en mano le da el toque documental, donde las luces artificiales son casi inexistentes y la oscuridad se apodera de las escenas. El tema de las armas y las drogas es continuo, siempre con el dejo de ingenuidad que caracteriza a las protagonistas. Y la fascinación por el dinero se hace presente a lo largo de toda la historia.
Un film bizarro en el que las niñas tiernas son sometidas a situaciones límite y terminan apoderándose de la historia.
K.
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