Con paillettes, encaje, pedrería, brocado y moños de ensueño. Los detalles fueron diversos y únicos para cada prenda. El péplum irregular y las estolas de piel decoraron los vestidos más elegantes.
El corte sirena se hizo presente en más de un outfit, al igual que las capas de tul. El drapeado y los volados no faltaron. Con escotes, strapless o con un solo hombro, pero siempre manteniendo el estilo fancy de Cadile.
El clásico trench simulando un vestido, floreado o bicolor, fue la vedette del evento. Ideal para un look sexy.
Todavía quedan cuatro días a pura moda en el Hotel Sheraton con el 38° BAAM.
K.
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