Ragazza |
Hay dos temáticas que describen febrero: San Valentín y Vuelta al Cole. Pueden llenarme un shopping de guardapolvos, cuadernos y mochilas; pero la exageración de flores, corazones y angelitos previo al día de los enamorados, me da migraña. Bueno, estoy exagerando un poco.
Llega el primero de febrero y los corazones son plaga. No sólo los vemos en los negocios, bares, restaurantes y kioscos, sino que las revistas que compro están en un mes color de rosa. Qué y dónde comprar los regalos, a dónde ir a comer, looks para enamorar o, peor, atuendos para combinar con tu pareja. En serio, ya es empalagoso.
Pero el día de los enamorados traspasa fronteras. Ahora los vendedores ambulantes del tren intentan convencerte con un 2x1 en chocolates a diez pesos. Todo bien, pero con el calor que hace yo no te compro un chocolate ni loca. No lo compro en el kiosco, menos en el tren... Aunque debo admitir que el año pasado caimos en la tentación con mi primo y compramos dos cajas de bombones Ferrero Rocher. Fue un desliz que me dio como consecuencia dos semanas de reposo por neumonía. No tiene nada que ver con los chocolates, pero fue el castigo por la gronchada que me mandé.
No sé si será que con mis amigas estamos muy anti-love o que mi familia me tiene cansada con el apuro para que consiga novio; pero esta es una fecha que no me llama en lo más mínimo. No odio el día de San Valentín, pero tampoco lo celebro. Es una postura neutral, más tirando a la de repulsión. Ver parejitas melosas con el calor que hace, pelcuches tamaño industrial y enormes cantidades de chocolates, me dan ganas de gritar.
Con una de mis amigas queríamos ir a ver el show de stand up de Dalia Gutmann. Programa bien anti San Valentín. Y hoy, en lugar de quejarnos por estar solteras, empezamos a planificar idas al teatro y a comer. Y hablamos de nuestros exnovios, pero fue una conversación divertida, llena de risas. Otras de mis amigas organizaron para salir a tomar unas cervezas. ¿Quién dijo que el 14 de febrero hay que salir en pareja o a buscar pareja? Es un día de amor, y yo lo quiero pasar con mis amigas y mi familia, que me llenan de amor a diario. El día que esté de novia veremos cómo me sorprende San Valentín.
Si tanto quieren a una persona, no lo celebren un día en particular, copiando a los yankees (ellos están en invierno y pueden ponerse melosos). Demuestren ese amor todo el año, no sólo un día de verano. No sé, pero a mí me suena que es un día en el que los cornudos vuelven a confiar. Triste, pero cierto.
Ya sé, soy muy poco romántica. Me lo han dicho. Pero si alguien me quiere demostrar cariño o amor, no quiero que me venga un día con un oso de peluche, flores y chocolates. Al finl y al cabo, prefiero que gaste esa plata en las cosas de la Vuelta al Cole. Eso, para mí, es mil veces más romántico.
K.
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