Siempre al final del día, antes de dormirme, pienso en todo lo que me pasó durante la jornada. Hay días que son un embole, pasan a dos por hora y pensás mi vida apesta. En cambio, hay otros que son una fiesta y te pasan mil cosas. Por ejemplo, HOY.
Además de mi rutina de verano en la que el despertador suena a las nueve, me levanto a las diez y me tiro media hora al sol para después prepararme para ir a trabajar; tuve uno de los peores viajes en tren con casi 40°C de sensación térmica y una familia digna de una película llamando la atención en el vagón. En serio, nunca pensé que iba a ver gente tan desagradable sin dientes, que se saca los piojos como los monos y no hace nada para calmar a sus hijos molestos. Fue un viaje laaaaaaargo.
Caminar por el centro en enero es inhumano, por lo tanto no estaba hecha una diosa como para encontrarme con EL bombón de la compañía de seguros. Obvio que me lo encontré.
Me puse a estudiar (sí, una locura) y me olvidé que tenía que ponerme la diez y conseguir pre-boliche para la noche de mañana. Finalmente vuelvo al ruedo. Mis amigas confían en mi labor de RRPP que, aparentemente sólo funciona en el verano, entonces activé... Y creo que lo conseguí.
La emoción que tengo porque mañana vuelvo a salir, me supera. Mis plataformas ultra high están llorando en el fondo de mi placard y me piden a gritos que las saque a pasear. Y aunque con ellas tuve, literalmente, muchas caídas, no puedo hacerles eso. Así que, mañana pretendo volarme la peluca.
Muchas cosas pasaron por mi cabeza hoy: la familia del tren; el bombonazo de la compañía de seguros; definiciones de producción audiovisual. Lopilato y Buble van a tener un hijo. Piqué hizo un gol que le dedicó a su hijo. Shakira ganó un premio pedorro. El País de España se mandó terrible moco con la foto trucha de Chavez. La cantidad de grupos de chicos copados que están de vacaciones y me impiden hacer mi magia para organizar pre. Odio la 105.5 porque pasa reggaeton todo el día y salgo del trabajo con la cabeza a mil. Con un ex compañero de trabajo le pusimos nombre a una vaquita de San Antonio (Justo). No tengo que charlar con mi madre sobre 50 Sombras de Grey porque dice que es un asco. Tengo demasiadas ganas de sacar a la caradura que hay en mí y mandarle mi curriculum vitae a una periodista muy copada.... Ah, y el genio de Fede Bianchini ganó el Premio Don Quijote de Periodismo, o sea, nueve mil euros. Nada mal, eh.
Definitivamente no es sano quedarse en la city en enero.
K.
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