Las modelos se pasearon con los fabulosos vestidos por las dos pasarelas de 40 metros cada una, homenajeando al gran diseñador. Por supuesto que Ingrid Grudke fue la encargada de abrir y cerrar el desfile, siendo la última pasada con un traje de novia con tules y apliques de flores, donde se mostró muy emocionada al recordar a su amigo.
Entre los vestidos no hubo transparencias, respetando las decisiones de Jorge Ibáñez. Abundaron los canutillos, íntegramente bordados en cada pieza. Tules, encajes, gasas, sedas y brocatos conforman esta colección sumamente elegante y delicada.
Todo el desfile fue producido por Mabel Ibáñez. No hay nadie mejor que ella para continuar con la Maison de su hijo.
K.
Fotos: Photo Johnny
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